¿Qué tan poderosa es la burocracia en Japón?

¿Qué tan poderosa es la burocracia en Japón?

Existen burocracias poderosas en muchos países, pero ninguna tan poderosa como la japonesa. Esta organización masiva y compleja tiene un profundo impacto en todos los aspectos de la vida. política japonesaEs responsable de todo, desde la gestión del gobierno hasta la regulación de las empresas y la prestación de servicios sociales. Pero ¿qué la hace tan poderosa? ¿Y cuáles son las consecuencias de su influencia?

En 2014, la Premier ministre Abe estableció la Oficina de Personal dentro del gabinete, que controlaba el nombramiento de más de 600 altos funcionarios. Esto pretendía imponer autoridad política sobre una administración pública todopoderosa en Japón. El peso de la burocracia en Japón se remonta al período Edo, cuando a los samuráis se les confiaba la administración de los feudos. El poder de la burocracia —de la cual los antiguos samuráis también eran la principal fuente de reclutamiento— se fortaleció durante la era Meiji para imponer reformas diseñadas para modernizar Japón.

Después de 1945, fueron los burócratas los responsables de implementar las transformaciones de la administración y la sociedad, y de asegurar la reconstrucción del país. El poder de la burocracia se vio reforzado por los estrechos vínculos con el Partido Liberal Democrático (PLD), en el poder desde 1955, y por la práctica de...amakudari (dictar, "descenso del cielo" o "puertas giratorias") que permite el reclutamiento de altos funcionarios en las empresas privadas que han ayudado a sostener.

Además, si la longevidad de la PLD La sucesión de gobiernos en el poder es notable; tradicionalmente, la sucesión de gobiernos ha sido muy rápida, con la excepción del Primer Ministro Abe. Esta corta longevidad de los gobiernos contrasta con la permanencia de los burócratas. Estos últimos, y en particular los funcionarios de élite del Ministerio de Finanzas, aunque su número se ha reducido considerablemente desde 2010, siguen influyendo en los poderes legislativo y ejecutivo, elaborando proyectos de ley y controlando el presupuesto.

En este contexto, la voluntad de recuperar el control del poder político, y más concretamente el control de los nombramientos, es vista con gran sospecha por una burocracia que no duda en poner obstáculos para intentar recuperar el control, esperando el regreso de personalidades menos ofensivas a la cabeza del ejecutivo para volver a imponer su poder en nombre del "bien común", pero con el riesgo de volver al inmovilismo.