¿Se siente Japón atraído por la victimización y la tentación de retirarse?

¿Se siente Japón atraído por la victimización y la tentación de retirarse?

En las décadas de 1970 y 1980, Japón sufrió una serie de secuestros atribuidos a Corea del Norte. A pesar de la gravedad de los hechos y el número de personas afectadas, Tokio se enfrentó durante mucho tiempo a la incomprensión de sus socios.

En el propio Japón, el Ministerio de Asuntos Exteriores y parte del personal politicoTanto en la mayoría como en la oposición, deseosos de lograr una distensión de las relaciones con Corea del Norte, prestaron sólo una atención limitada a estos fenómenos a menudo percibidos como el resultado de una paranoia colectiva mantenida por la extrema derecha.1Sin embargo, en 2002, el primer ministro Koizumi visitó Pyongyang, donde recibió la confirmación del entonces líder norcoreano, Kim Jong-il, del secuestro de quince japoneses, ocho de los cuales se creía que habían muerto. Otros casos aún no han sido reconocidos por el régimen norcoreano.

Desde entonces, el caso de las personas secuestradas ha cobrado considerable importancia. Para Tokio, ocupa un lugar destacado en las relaciones con Corea del Norte. En términos más generales, este asunto ha reforzado el sentimiento de incomprensión y victimización que a menudo se expresa en Japón. Esta percepción es aún más fuerte dado que, siendo tanto culpable como víctima durante la Segunda Guerra Mundial, el país es hasta la fecha el único que ha sufrido, por razones estratégicamente cuestionables, dos bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki, convirtiendo al archipiélago en una "víctima de la guerra", en un movimiento que durante mucho tiempo ha contado con el apoyo masivo, por razones estratégicas, del Movimiento por la Paz y la URSS.

Otras quejas han permanecido en el olvido, lo que también alimenta un sentimiento de victimización que resurge con frecuencia, como el atentado con bombas incendiarias en Tokio, que dejó más de 100 muertos. Esta sensación de exclusión e incomprensión es de larga data: se remonta a la Primera Guerra Mundial y a la firma del Tratado de Versalles, cuando Japón, aliado de China, vio rechazada su propuesta de incluir una cláusula de igualdad racial en el establecimiento de la Sociedad de Naciones (SDN) bajo presión de Estados Unidos. Finalmente, en la década de 000, japón atacando, organizada en Estados Unidos para denunciar a un Japón que se preparaba para "dominar el mundo", acentuó esta percepción.

Hoy, si bien Estados Unidos sigue siendo el principal aliado del archipiélago, los repetidos tuits del presidente Trump denunciando el débil compromiso del país, en particular en materia de defensa, refuerzan aún más este sentimiento de exclusión. La sensación de victimización y retraimiento de Japón se ve considerablemente acentuada por la falta de autonomía en materia de defensa y por la prolongada relación de dependencia con su aliado estadounidense, más de setenta y cinco años después del fin de la Segunda Guerra Mundial.


1En 2019, la discreción mantenida en torno a la detención, por parte de la República Popular China (RPC), de un investigador japonés se asemeja a la misma voluntad de no "provocar" al poder chino.