La contracción económica de Japón entre enero y marzo se revisó al 1,8% en términos reales anualizados
La economía de Japón se contrajo a una tasa anualizada real del 1,8 por ciento en el trimestre enero-marzo, revisada al alza desde su cifra anterior de una disminución del 2,0 por ciento, ya que el gasto de inversión empresarial cayó menos de lo esperado inicialmente, dijo el lunes la Oficina del Gabinete.
Fue la primera contracción en dos trimestres debido a la débil demanda interna y los efectos de un escándalo de fraude de datos de seguridad en una empresa del grupo Toyota Motor Corp., que afectó la producción y las exportaciones.
Ajustado a la inflación, el producto interno bruto de Japón –el valor total de los bienes y servicios producidos en un país– cayó un 0,5% respecto del trimestre anterior, sin cambios respecto del informe preliminar cuando se redondea.
La cifra no redondeada representa una disminución del 0,46 por ciento, en comparación con el 0,50 por ciento anunciado anteriormente, que, al anualizarse, resultó en una revisión del 0,2 por ciento, según la oficina.
La inversión de capital, que según datos preliminares cayó un 0,8%, fue revisada al alza hasta el 0,4%, lo que supone un descenso por segundo trimestre consecutivo.
El consumo privado, otro componente clave de la demanda interna que representa más de la mitad de la economía, cayó un 0,7%, sin cambios respecto a la cifra anterior.
Este es el cuarto trimestre consecutivo de caída.
El gobierno cree que la economía continúa recuperándose moderadamente a pesar de cierta debilidad. Sin embargo, los datos revisados pusieron de relieve su fragilidad, ya que la recuperación de la demanda tras la pandemia de coronavirus ha llegado a su fin y el aumento de los precios de los bienes de consumo continúa lastrando la confianza del consumidor.
“A pesar de la revisión al alza, la inversión de capital fue débil. Las empresas japonesas tienen una postura proactiva en materia de inversión, pero la escasez de mano de obra es uno de los obstáculos que les impiden llevar a cabo sus proyectos”, afirmó Yuichi Kodama, economista jefe del Instituto de Investigación Meiji Yasuda.
Muchos analistas esperan que la economía se recupere en el trimestre abril-junio, aunque persiste la incertidumbre sobre el impacto del empeoramiento del escándalo de las pruebas de seguridad en los fabricantes de automóviles japoneses, que ha llevado a la suspensión de las entregas de algunos modelos.
En junio comenzó un recorte temporal de 40 yenes (000 dólares) en los impuestos a la renta y a los residentes, el último intento del Primer Ministro Fumio Kishida, afectado por un apoyo público vacilante, para ayudar a los hogares cuyos salarios aún no han crecido más rápido que la inflación.
"Dado que el crecimiento salarial tardará más tiempo, hasta aproximadamente agosto, en superar el aumento de precios, la debilidad del consumo privado es comprensible. Durante los próximos meses, la rebaja de impuestos ayudará a los hogares", afirmó Kodama, quien prevé un modesto aumento del PIB.
Las exportaciones cayeron un 5,1 por ciento, un ritmo más rápido que la disminución del 5,0 por ciento del informe anterior, lo que refleja los efectos más amplios del escándalo automotriz.
Esta disminución se produjo a pesar del repunte del turismo receptor. El gasto de los visitantes extranjeros en Japón contribuye a las cifras de exportación.
La inversión pública aumentó un 3,0 por ciento, en comparación con un 3,1 por ciento revisado a la baja.
El PIB nominal se redujo a un aumento del 0,03 % desde el 0,1 % indicado en los datos preliminares. Creció a una tasa anualizada del 0,1 %, inferior al 0,4 % anunciado previamente.

