Japón es un territorio insular mágico compuesto por alrededor de 3 mil islas de distintos tamaños con una configuración morfológica que promueve la vida endémica animal y vegetal.
No obstante, las tortugas no cuentan con poblaciones dominantes, pero sí muchas son endémicas a causa del aislamiento natural de sus hábitats.
La Chinemys megalocephala, por ejemplo, habita islas variadas como Kyushu, Shikoku, Hokkaido y Honshu, con predilección por las zonas costeras.
La Geoemyda japonica es una especie endémica que vive especialmente en la isla de Ryukiu, un archipiélago meridional.
La Pelodiscus sinensis vive en gran parte de la zona sur del Japón, incluida la zona meridional de Honshu.
Entre las especies marinas se cuentan: Chelonia midas japonica, Dermochelys coriácea, Lepidochelys olivacea y la Caretta caretta.
Tal y como indican en la web de Tortugas, MiTortuga.net, Son ejemplares verdaderamente fascinantes, que han logrado adaptarse a la vida en asilamiento en muchas de las islas niponas.
Algunas de las más populares se cuentan a continuación:
Una de las especies simbólicas de tortugas en Japón, tierra asiática de muchas bendiciones naturales es, sin duda alguna, la Tortuga de pecho negro de Okinawa, integrante del género Geoemyda, actualmente en peligro de extinción.
El hábitat de este singular reptil abarca el archipiélago de las Ryukyu, concretamente en las islas Okinawa, Kume y Tokashiki, donde busca permanecer en regiones boscosas muy húmedas.
Tiene un comportamiento omnívoro, es decir, se trata de una tortuga que puede consumir frutos, insectos, babosas y carroña, pero también plantas.
Igualmente le encanta sumergirse en el agua para darse baños eventuales, porque es bastante terrestre y prefiere estar oculta entre las plantas, donde logra camuflarse con facilidad, porque se confunde con la gran cantidad de hojas esparcidas en los suelos donde camina este espécimen curioso típico de Japón.
Entre sus características distintivas se tienen:
Caparazón
Tiene una forma que le permite mimetizarse con su entorno al parecerse a una hoja seca, lo cual le da cierta ventaja frente a sus depredadores.
A veces, el caparazón tiene destellos rojos y algunos tonos más oscuros, sobre una base marrón, pero está subdividido en escudos, con tres elevaciones bien distintivas o marcadas.
La zona del plastrón o parte inferior, es negra con franjas amarillas a sus lados.
Cabeza
Posee una coloración distintiva de esta especie, con rayas negras y varios tonos rojizos
Ojos
Son igualmente llamativos. Tienen una macha alargada de color naranja que se prolonga hacia el cuello, tornándose rojiza.
Patas y cola
Son más oscuras, casi negras y también pueden exhibir pintas rojizas.
Conocida también como Tortuga china de tres crestas, es una especie acuática integrante del género Mauremys que posee un caparazón muy distintivo, dada la morfología tan particular de esta especie asiática.
Se distribuye a lo largo de China, donde la población es mucho mayor, pero también habita en las regiones boscosas de Japón, Taiwan, Hong Kong, Corea, Indonesia y Singapur.
Además, le encanta posarse sobre troncos o palos a la orilla de los ríos, riachuelos, lagunas, o estanques y pantanos, prefiriendo los lugares donde exista bastante vegetación sumergida.
Las hembras suelen poner entre 4 a 10 huevos que sepultan en la tierra con ayuda de sus potentes patas traseras en cada temporada reproductiva, alcanzando hasta tres ciclos por ejemplar, un record nada despreciable para cada una.
Suelen escoger lugares aciertos muy soleados, para hacer este ritual materno.
Cada puesta supone una incubación de 70 días, tiempo máximo para que revienten los huevos y nazcan las crías.
Son reptiles de comportamiento omnívoro. Consume plantas, animales invertebrados, especialmente insectos, pero también gusta de la carroña y los peces.
Se considera un animal muy tímido, poco se deja ver si advierte la presencia humana. Inmediatamente, busca sumergirse en el agua para perderse de vista.
Sus características morfológicas son las siguientes:
Es una especie algo pequeña, puede alcanzar más de 20 centímetros.
Caparazón
Es de forma ovalada hacia la parte superior y aplanado a la vez. Tiene tres quillas o elevaciones que la identifican y originan su nombre común en toda Asia.
Presenta coloraciones en colores como el negro, marrón oscuro o pardo.
La zona del plastrón o caparazón ventral, también suele ser negro o marrón oscuro, pero en la unión de los escudos tiene una línea más clara, en tonos beige o amarillos.
Los machos tienen un plastrón algo convexo, característica que les permita adaptarse mejor al caparazón de la hembra durante el acto sexual.
La piel de todo el cuerpo es marrón oscura verdosa.
Cabeza
Tiene líneas de color amarillo con bordes negros que resaltan su tez y se prolongan hacia el cuello.
Ojos
Son de color amarillo claro, con una pupila formada por una línea gruesa transversal.
Patas y cola
Tiene patas fuertes, pero las traseras son palmeadas, a fin de que puedan adaptarse a la vida en el agua.
La cola es más larga y ancha en los machos, una diferencia de género bastante notable.
En la actualidad, la expectativa de vida es de unos 25 años. No soportan el cautiverio.
Lamentablemente, es otra especie en serio peligro de extinción, porque es requerida con fines gastronómicos en toda Asia, donde también se ha perdido mucho su hábitat natural.
La tortuga de estanque japonesa, como suele llamársele comúnmente, es una especie semiacuática procedente de la familia Geoemydidae.
Pero en japonés su nombre exacto más popular es nihon-ishigame, que al traducirlo significa tortuga japonesa de piedra.
Es una especie endémica, única, que vive en el archipiélago nipón. Se extiende su población por las heladas zonas acuáticas de Honshu, Kyushu y Shikoku, así como islas pequeñas que rodean esta área.
Pero también en estado salvaje vive en estanques y arroyos. Prefiere los cuerpos de agua dulce fríos, se adapta sin mayores problemas a las bajas temperaturas.
En la época lluviosa, se deja ver en prados inundados.
El tiempo de apareamiento sucede entre septiembre a abril de año siguiente. Las hembras pueden poner hasta 4 ciclos de huevos, entre 3 a 8 por cada ejemplar, entre mayo a julio de cada año.
La madurez sexual la alcanzan a partir de los 5 años de edad.
En cautiverio, puede mezclarse o hibridarse con especies de su familia, como la Coura flavomarginata.
Vive alrededor de 20-40 años y es muy popular como mascota.
Su morfología se describe a grandes rasgos de la siguiente manera:
Caparazón
Es de un color amarillento, o amarillo claro con manchas oscuras en el medio de los escudos. Otras variaciones que van hacia el amarillo oscuro, marrón o rojizo en algunos ejemplares.
En una vista área el caparazón de esta especie se parece a un tejado. Otra característica relevante es que en los escudos se ven claramente los anillos de edad, en ejemplares adultos.
Posee una cresta única en el borde posterior.
La longitud el caparazón en una hembra es de unos 20 centímetros. Los machos son más pequeños y el caparazón por lo general mide unos 14 centímetros.
El plastrón es oscuro y no tiene manchas.
Cabeza
Es de un marrón oliva acentuado. Aunque en la parte superior es de un tono amarillo intenso, mientras que en algunos ejemplares es totalmente oscura.
Ojos
Son de grandes cuencas ovaladas y de color negro.
Patas y cola
Las patas son de color marrón oscuro, con una característica especial: tienen una línea anaranjada por todo el borde. Pero no son palmeadas, a pesar de que son especies bastante ganadas para vivir dentro del agua la mayor parte del tiempo.
La cola en los machos es mucho más larga. Las hembras también, pero es más pequeña.
Se alimentan de peces, ranas adultas, larvas, cangrejos de río, camarones, insectos acuáticos. También son expertas cazadoras de lombrices de tierra, caracoles y grillos.
Pero no tienen problema alguno es engullir hierbas de todo tipo, lechugas, judías verdes, zanahorias en hojas o ralladas. Y algunas frutas como el melón, fresas, uvas y ciruelas.
No está en peligro crítico de extinción. Figura en la Lista de la IUCN como especie casi amenazada. Pero es preciso protegerlas respetando su hábitat y dejando que permanezcan en su hábitat original.
La ampliación de arrozales y la canalización de los cursos de agua están creándole serios problemas.