En Japón los taxis son muy caros comparados con el transporte público que está tan eficientemente bien conectado con todas partes. Aún así, en ocasiones los taxis pueden ser la única forma de transporte, sobre todo durante la noche cuando los trenes y los autobuses dejan de funcionar. Es entonces cuando la demanda de estos sube, especialmente el viernes y el sábado que es cuando puedes llegar a encontrarte largas colas en las salidas de las estaciones de tren, todos esperando a poder coger su taxi.
En ciudades más pequeñas el transporte público puede resultar menos conveniente y tomar un taxi desde la estación puede resultar una buena alternativa. Si viajas en grupos de tres o más personas también puede ser una opción muy económica.
Para conseguir un taxi en Japón lo más normal es ir a una estación de tren, en las salidas encontrarás una cola de taxis esperando. Otra de las formas de hacerlo es pararlo cuando lo ves por la calle, en ese caso observa el cartel para saber si está ocupado o desocupado y hazle una señal con la mano en un lugar donde le sea seguro aparcar. El cartel que llevan los taxis en la esquina inferior del parabrisas te indica si está libre o no, normalmente si es de color rojo significa que está libre y en caso contrario el cartel sería de color verde, algo contradictorio según cómo se mire. En cambio por la noche es al revés, el verde significa libre y el rojo ocupado.
Otras formas de conseguir un taxi serían a través del teléfono, llamándole tú o pidiéndoselo a la gente que trabaja en la recepción del hotel. En las grandes ciudades no suelen cobrarte nada por el desplazamiento cuando llamas por teléfono pero en las zonas que se encuentran más lejos del centro sí.
Cuando coges un taxi en Japón, el conductor va a abrirte y cerrarte la puerta de la izquierda automáticamente, es mejor que no la toques porque algunos taxistas se molestan si lo haces. Si vas con más personas y quieres entrar por la otra puerta, como no va automatizada deberás abrirla tu mismo.
Una vez dentro tendrás que darle la dirección a la que quieras ir al conductor, si tu japonés no es muy bueno se recomienda que lleves la dirección escrita en un papel o se la muestres con un mapa físico o en el móvil ya que a veces el sistema de direcciones japonés puede resultar confuso incluso para los propios taxistas.
Muchos taxis aceptan el pago con tarjeta de crédito o tarjeta IC, para comprobarlo solo tienes que mirar en las pegatinas de la puerta en los que te indica qué tipo de pagos acepta. Si pagas en efectivo evita en lo posible que tengan que darte un cambio superior a 500¥ y, sobre todo, nunca le des propina a un taxista en Japón.
En algunas regiones, sobre todo en las zonas con más turismo, hay taxis disponibles que hacen rutas turísticas por unos 10000¥ por dos horas. El idioma puede ser un impedimento pero hay algunos taxistas que ya están entrenados para hacerlas en inglés ya que este tipo de servicio se ofrece principalmente a turistas extranjeros.
En Japón los taxistas por regla general son gente de confianza y no van a aprovecharse de la ignorancia de sus clientes. Se puede reconocer un taxi con licencia porque sus matrículas son de color verde, a diferencia de las de color blanco y amarillo que son para los coches normales. En algunos lugares como en aeropuertos y grandes estaciones pueden encontrarse taxistas sin licencia, los cuales es mejor evitar. La tarifa suele ir por metro recorrido a no ser que ya tengan un precio preestablecido como suele ser en los taxis Shuttle.
Cuando usas un taxi normal de cuatro pasajeros los dos primeros kilómetros cuestan entre 400¥ a 700¥ según la región en la que te encuentres y van incrementando entre 80¥ y 90¥ por cada 300-400 metros que se hagan. Si el taxi lleva un buen rato parado también te lo cobran. Por la noche, entre las 10 de la noche y las 5 de la mañana el servicio incrementa un 20%.