No es ningún secreto que mi ciudad favorita de Japón es Kyoto, la antigua capital y una de las ciudades con más turismo del país. Aquí se puede encontrar de todo, comparándola con Tokyo podríamos decir que es menos tecnológica pero es más cultural, tiene mejores santuarios y templos además de ser más pequeña.
Hablando con la gente de aquí siempre me han recomendado visitar el que es según ellos el mejor ramen de Kyoto pero, sinceramente, después de probar el de Menya Shichifukujin no tenía ni punto de comparación.
Mi favorito y el que considero el mejor de Kyoto después de haber probado muchos otros es el Nitamago Ramen (Ramen de Huevo cocido) y os voy a contar el motivo.
Para empezar, la presentación, te sirven el ramen con un bol de porcelana decorada con dibujos de dragones típicamente chinos, no olvidemos que este plato forma parte de la cocina tradicional china y no japonesa como muchos piensan por su repercusión en las series de televisión. De ahí a que se escriba en katakana y no en caracteres japoneses (ラーメン), se escribe en silabario katakana cuando la palabra no proviene de Japón, una excepción sería la Tempura, que proviene de Portugal y se considera una palabra japonesa (天ぷら).
La ración es muy generosa, es plato único y según tu saque es posible que no necesites comer nada más en todo el día. Siempre lleva lo mismo, un huevo cocido partido en dos, dos tiras de carne de cerdo, trozos de brotes de bambú, puerro, el caldo y por supuesto los fideos.
Lo más destacado del plato es la carne de cerdo, cocinada perfectamente de forma que se deshace en la boca. De esta manera no solamente disfrutas de una esquisitez, además es muy útil a la hora de comer ya que no dispones de cuchillo y tienes que cortarlo con los dientes. Esto no te pasará con esta carne porque se cortará sola dejándote una jugosísima carne con una salsa especial cuya receta no te contarán y realza todavía más su sabor. En cambio, el cerdo de los otros restaurantes suele ser una tortura para el cliente porque se ve obligado a estirar la carne con los dientes.
Los fideos están al dente, hechos a mano por ellos mismos y cuya experiencia no debería perderse nadie que viaje a Kyoto sobre todo si con anterioridad ha comido fideos instantaneos tipo Yatekomo o similares. En algunos restaurantes de ramen, antes de servirte el plato te preguntan si quieres los fideos gordos o finos, aquí solamente tienen los finos. La primera vez que los masticas tu mente se abre y te hace saber que efectivamente esto no es occidente y esto no es el restaurante chino de la esquina.
La combinación con el caldo los hace perfectos, esta sopa no es ni muy espesa ni muy líquida. En otros restaurantes, como el que me recomendaron, suelen tener un caldo demasiado espeso y no deja en buen lugar a los fideos que, por muy buenos que sean se ven eclipsados por un caldo que no les hace justicia.
La verdura que podrás encontrar es la misma que podrías encontrar en cualquier otro restaurante, es buena pero no destaca como lo hace el resto de ingredientes. Los brotes de bambú están bien cocidos pero tengo la sensación de que ya los han comprado así y el puerro no tiene secreto ya que te lo sirven crudo.
Y para terminar el huevo cocido, uno de los mejores que he comido en mi vida. Su cocción está perfectamente cronometrada dando a conocer su larga experiencia y años haciendo ramen. La yema no está ni hecha ni cruda, esta en su punto y, como también tiene la carne de cerdo, por encima le echan la salsa secreta. No hay color, una vez pruebes este plato no querrás hacer otra cosa.
Es altamente adictivo, ten cuidado porque engancha y el ramen tiene muchas calorías.
Se puede encontrar cerca del cruce de Shijo-Omiya (四条大宮) en el centro de la ciudad de Kyoto.