La Declaración de Ishiba intenta abordar el fracaso de Japón en evitar la guerra
El primer ministro saliente, Shigeru Ishiba, emitió una declaración de reflexiones personales el 10 de octubre para conmemorar el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, planteando una pregunta tentadora: "¿Por qué Japón no pudo evitar esta guerra?"
Ishiba, un ex ministro de Defensa, claramente quería que su nombre se asociara con este hito histórico –aunque a posteriori– tal como lo habían hecho sus predecesores en aniversarios clave.
Basándose en la perspectiva histórica de las declaraciones aprobadas por el Gabinete emitidas cada década desde el 50º aniversario, Ishiba se encargó de ofrecer su propia revisión histórica y destacar las lecciones clave aprendidas.
Titulado "En el 80º aniversario del fin de la guerra", el documento ocupaba unas seis páginas A4, superando la extensión de las declaraciones de aniversario anteriores.
Se refiere a la "Declaración de Murayama" con motivo del 50º aniversario en 1995, la "Declaración de Koizumi" 10 años después y la "Declaración de Abe" con motivo del 70º aniversario de la guerra.'finalizará en 2015.
Ishiba expresó sus puntos de vista en una conferencia de prensa celebrada en la Oficina del Primer Ministro.
En su mensaje, Ishiba reconoció que "también hereda" la comprensión histórica expresada en declaraciones pasadas refiriéndose al "gobierno colonial y la agresión" de Japón, su "profundo remordimiento" y sus "sinceras disculpas".
Luego aborda un tema que no ha sido explorado en declaraciones anteriores: "¿Por qué Japón no pudo evitar esta guerra?"
Señaló que en las últimas tres declaraciones conmemorativas, "se ha mencionado poco por qué esta guerra no pudo evitarse". Dijo que había decidido ofrecer reflexiones personales para examinar esta cuestión "con el pueblo japonés con motivo de estos 80 años".
Ishiba señaló primero una falla estructural en la constitución imperial de antes de la guerra, que carecía del principio de "control civil": la idea de que la política debía ser superior a lo militar.
Luego analizó tres áreas clave: “política”, “parlamento” y “medios de comunicación”, citando ejemplos históricos específicos.
En materia política, se refirió a la controversia de 1935 sobre la "Teoría del Órgano del Emperador" propuesta por el constitucionalista y miembro de la Cámara de los Pares Tatsukichi Minobe.
Esta teoría, bajo la Constitución Imperial, sostenía que la soberanía residía en el Estado como entidad legal y que el emperador gobernaba como "el órgano supremo del Estado" de acuerdo con la Constitución.
Ishiba señaló que el gabinete de Keisuke Okada en ese momento "se inclinó ante las demandas militares y rechazó la teoría predominante del órgano del emperador", afirmando que "el gobierno había perdido el control de los militares".
En relación con el Parlamento, Ishiba citó la expulsión en 1940 del miembro de la cámara baja Takao Saito después de que pronunció un "discurso antimilitar" criticando la guerra.
Ishiba subrayó que "el Parlamento también ha perdido su función de controlar a los militares".
Respecto a los medios de comunicación, Ishiba dijo que desde el momento del Incidente de Manchuria en 1931, la prensa "comenzó a apoyar activamente la guerra".
Señaló que "los periódicos informaron ampliamente" sobre la ocupación del territorio chino por el Ejército de Kwantung, "lo que hipnotizó a muchos ciudadanos y alimentó aún más el nacionalismo".
A partir de este análisis, el Primer Ministro resumió las "lecciones para hoy".
Reconoció que el Japón de la posguerra había establecido un control civil, pero advirtió que "es sólo un sistema y sin una implementación adecuada, no tiene sentido".
Escribió: "No debemos repetir una historia en la que los juicios emocionales y espirituales prevalecen sobre las decisiones tranquilas y racionales, provocando que la nación se desvíe de su rumbo".

