Cada vez aparecen más plásticos en el interior de los seres humanos, lo que aumenta los problemas de salud.
Los investigadores están dando la voz de alarma ante estudios recientes que muestran que la contaminación plástica continúa extendiéndose por la tierra y los mares del mundo, amenazando la salud de los humanos y otras criaturas vivientes.
Los estudios muestran que diminutas partículas plásticas, incluidos microplásticos y nanoplásticos, llegan al cuerpo humano y al corazón, al cerebro, a los pulmones y a muchos otros órganos a través de diversas vías.
Los plásticos se descomponen lentamente y persisten como microplásticos y nanoplásticos en los ecosistemas, contaminando fuentes de alimentos y agua.
Beber agua embotellada también puede conducir al consumo de pequeñas partículas de plástico.
Estudios revelan contaminación
En un estudio estadounidense realizado por las Universidades de Columbia y Rutgers, un equipo de investigación detectó 240 partículas microscópicas de plástico en un litro promedio de agua embotellada que examinaron.
De éstos, el 90% eran nanoplásticos, que son trozos de plástico que suelen tener un tamaño entre 1 y 1 nanómetros. Un nanómetro son 0,000001 milímetros.
El resto eran microplásticos, cuyo tamaño suele oscilar entre 5 milímetros y 1 micrómetro, según el estudio. publicado el año pasado en el Actas de la Academia Nacional de Ciencias. Un micrómetro equivale a 0,001 mm.
Otras formas de ingerir partículas finas de plástico incluyen comer peces que han tragado microplásticos y nanoplásticos que han sido liberados al mar.
Estudios recientes también sugieren que las partículas de plástico han entrado en el cuerpo humano porque se inhala aire que contiene fragmentos microscópicos de plástico flotando.
El resultado es que se han encontrado plásticos en el corazón, el cerebro, los pulmones, la sangre, la leche materna, el semen y las heces de los seres humanos, entre otras áreas.
Un estudio realizado por científicos japoneses publicado el año pasado encontró hermosas piezas de plástico en la sangre de cuatro de cada 11 sujetos.
Hideshige Takada, profesor visitante de efectos ambientales de los productos químicos en la Universidad de Agricultura y Tecnología de Tokio, que participó en el estudio, dijo que consumir pequeñas partículas de plástico desencadenará inflamación de una forma u otra porque son sustancias extrañas al tejido humano.
Se cree que varios aditivos químicos incorporados a los plásticos son los principales culpables de la inflamación.
Los aditivos se utilizan para mantener y mejorar las propiedades de los plásticos durante la producción de plásticos, que se fabrican a partir de combustibles fósiles como el petróleo y el gas natural.
Los plásticos están formados por un tipo específico de polímero, compuestos químicos en los que las moléculas están unidas entre sí en cadenas largas y repetidas.
Debido a que los aditivos plásticos no están unidos covalentemente a una matriz de polímero, pueden filtrarse del polímero con el tiempo a medida que se descomponen en microplásticos y nanoplásticos.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente destacó en un informe de 2023 que al menos 13 productos químicos están asociados con los plásticos y su producción.
De ellos, continúa el informe, más de 3 son "potencialmente preocupantes porque están asociados con carcinogenicidad, mutagenicidad, toxicidad reproductiva, disrupción endocrina y/o ecotoxicidad para los organismos acuáticos".
Pero sólo 7 de los 000 productos químicos asociados al plástico han sido analizados para detectar propiedades peligrosas, señala el informe de la ONU, añadiendo que no se sabe lo suficiente sobre los productos químicos restantes para evaluar la amenaza.
Experimentos con animales han demostrado que la liberación de sustancias químicas plásticas puede afectar su capacidad reproductiva, retardando el desarrollo fetal y alterando la producción de hormonas.
Pero los investigadores coinciden en que es prematuro predecir que los humanos experimentarían alteraciones similares en la ingesta porque los animales estuvieron expuestos a altas concentraciones de químicos plásticos durante un corto período de tiempo para el experimento.
Los estudios epidemiológicos muestran que los pacientes con demencia tenían niveles más altos de microplásticos en sus cerebros que aquellos que no padecían la enfermedad.
También informan que las personas con partículas de plástico en la placa de las arterias del cuello tienen un alto riesgo de sufrir un ataque cardíaco, un derrame cerebral o la muerte.
No se sabe cómo los productos químicos del plástico contribuyen al riesgo de enfermedad y muerte.
Pero Takada dijo que no se podía descartar que estos productos químicos estuvieran detrás de tales eventos, citando otros estudios que informaron resultados similares.
Garantizar un futuro más seguro
A la hora de regular las sustancias químicas potencialmente peligrosas, la cuestión central será cómo garantizar la usabilidad y la seguridad de los productos plásticos, o cómo lograr un equilibrio entre ambas.
Shigeharu Nakachi, profesor de química ambiental en la Universidad Kumamoto Gakuen, señaló que encontrar aditivos no peligrosos será un enorme desafío técnico.
“Se han utilizado aditivos para mejorar la resistencia, flexibilidad y durabilidad de los plásticos, de modo que los productos fabricados con este material sean más fáciles de usar”, afirmó. “Será mejor sustituir los aditivos actuales por otros fabricados con componentes inofensivos, pero no será fácil tecnológicamente”.
Las regulaciones relativas a los productos químicos varían de un país a otro.
En Japón, el uso de productos químicos está regulado por la Ley de Control de Sustancias Químicas y la Ley de Saneamiento Alimentario.
Pero hay productos químicos que no están regulados en Japón debido a la falta de evidencia científica que respalde definitivamente su impacto negativo sobre el medio ambiente y los seres humanos.
Por el contrario, los países de la UE regulan estrictamente los productos químicos potencialmente peligrosos bajo el principio de adoptar un enfoque precautorio, incluso si sus efectos nocivos aún no se comprenden plenamente.
¿Qué pueden hacer entonces las personas para evitar los riesgos innecesarios que plantean los productos plásticos?
Algunos investigadores sugieren que se debe evitar calentar alimentos en un recipiente de plástico en el microondas debido al peligro potencial de que se liberen aditivos a medida que los plásticos se degradan a altas temperaturas.
Takada recomendó utilizar un microondas después de colocar los alimentos en platos de vidrio o cerámica resistentes al calor, en lugar de en un recipiente de plástico.
“No hay que preocuparse demasiado por la seguridad de los plásticos mientras se lleve una vida normal”, dijo. “Pero es mejor tomar precauciones adicionales siempre que sea posible”.

